Aunque
no parezca, las aplicaciones llevan tiempo entre nosotros. Antes de empezar a
diseñarlas, queremos que las conozcas: ¿Cuáles son sus tipos y características?
¿Qué diferencias hay entre ellas y con una web móvil?
Las
aplicaciones también llamadas apps están presentes en los teléfonos desde hace
tiempo; de hecho, ya estaban incluidas en los sistemas operativos de Nokia o
Blackberry años atrás. Los móviles de esa época, contaban con pantallas
reducidas y muchas veces no táctiles, y son los que ahora llamamos feature
phones, en contraposición a los smartphones, más actuales.
En
esencia, una aplicación no deja de ser un software. Para entender un poco mejor
el concepto, podemos decir que las aplicaciones son para los móviles lo que los
programas son para los ordenadores de escritorio.
Actualmente
encontramos aplicaciones de todo tipo, forma y color, pero en los primeros
teléfonos, estaban enfocadas en mejorar la productividad personal: se trataba
de alarmas, calendarios, calculadoras y clientes de correo.
Hubo
un cambio grande con el ingreso de iPhone al mercado, ya que con él se
generaron nuevos modelos de negocio que hicieron de las aplicaciones algo
rentables, tanto para desarrolladores como para los mercados de aplicaciones,
como App Store, Google Play y Windows Phone Store.
Al
mismo tiempo, también mejoraron las herramientas de las que disponían
diseñadores y programadores para desarrollar apps, facilitando la tarea de
producir una aplicación y lanzarla al mercado, incluso por cuenta propia.
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